Estos días, no paro de preguntarme ¿en qué momento todo se echó a perder? Me refiero al amor, al respeto, a la compasión, a la diferencia del bien y del mal, a la conciencia. Resulta evidente aquello que dijo Voltaire: “si Dios no existe, habrá que inventarlo”. Es quizá la respuesta que más se aproxima a esta reflexión. Siempre ha habido ídolos para el hombre, eso es innegable, pero a los inicios de su existencia éste ponía de manifiesto de manera natural y obvia la necesidad que todo hombre tiene de dependencia hacia algo que le supera. Era una intuición tan evidente, que junto con la necesidad de alimentarse, configuraban su tiempo en manifestarla de diferentes modos con medios que tuvieran a su alcance: el hombre prehistórico con las pinturas, monumentos funerarios también en la cultura egipcia, en Occidente se reflexionaba sobre lo invisible dando lugar a la filosofía. Ya en estas culturas poco a poco se fue afinando en algunos casos la intuición, según iban creciend...
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